22 Puso a sus hermanos, Simón, José y Jonatán, al frente de cada
cuerpo, dejando a las órdenes de cada uno 1.500 hombres.
23 Además mandó a Esdrías que leyera el libro sagrado; luego, dando
como consigna «Auxilio de Dios», él mismo al frente del primer cuerpo
trabó combate con Nicanor.
24 Al ponerse el Todopoderoso de su parte en la lucha, dieron muerte
a más de 9.000 enemigos, hirieron y mutilaron a la mayor parte del ejército
de Nicanor, y a todos los demás los pusieron en fuga.
25 Se apoderaron del dinero de los que habían venido a comprarlos.
Después de haberlos perseguido bastante tiempo, se volvieron, obligados
por la hora,
26 pues era víspera del sábado, y por esta causa no continuaron en su
persecución.
27 Una vez que hubieron amontonado las armas y recogido los
despojos de los enemigos, comenzaron la celebración del
sábado,
desbordándose en bendiciones y alabanzas al Señor que en aquel día
les
había salvado, estableciendo el comienzo de su misericordia.
28 Al acabar el sábado, dieron una parte del botín a los que habían
sufrido la persecución, así como a las viudas y huérfanos; ellos y sus hijos
se repartieron el resto.
29 Hecho esto, en rogativa pública rogaron al Señor misericordioso
que se reconciliara del todo con sus siervos.